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OCT
07
2025
5G
Conducir contaminando menos… y pagando menos
Vivimos en un mundo cada vez más conectado. El móvil, la casa, la oficina o la fábrica ya funcionan gracias a la conectividad constante. Las carreteras también pueden beneficiarse: una buena infraestructura digital permite que los coches reciban información en tiempo real, que se reduzcan los atascos, que se mejore la seguridad y que la conducción sea más sostenible. En un futuro cercano, incluso los vehículos autónomos dependerán de carreteras inteligentes que puedan “hablar” con ellos.
¿Cómo funcionará? Pongamos un ejemplo que todos hemos vivido: un atasco interminable, coches parados bajo el sol, el aire cargado de humo y nervios al volante. Cada minuto se pierde tiempo, dinero y salud. Ahora imagina que la propia carretera pudiera ayudarte a evitar esta situación, indicándote a qué velocidad circular para que el tráfico fluya mejor y se contamine menos. O que el peaje se ajustara premiando a los que conducen vehículos más limpios.
Además del ahorro económico y de tiempo, reducir la contaminación en estos escenarios mejora directamente la salud de las personas: menos partículas nocivas en el aire significa menos enfermedades respiratorias, menos estrés al volante y una mejor calidad de vida para todos.
La magia de la conectividad
Detrás de esta innovación está la capacidad de comunicación entre coches e infraestructuras, lo que se conoce como C-V2X (Cellular Vehicle-to-Everything). Gracias a esta tecnología y a la red 5G Standalone, los vehículos pueden “hablar” con la carretera de manera instantánea.
Aquí es donde, operadores de infraestructuras como Cellnex, juegan un papel decisivo: desplegando la infraestructura que hace posible esa conversación entre coches y carretera.
El término V2X (Vehicle-to-Everything) se refiere a la capacidad de los vehículos para comunicarse en tiempo real con todo lo que les rodea: otros coches, señales de tráfico, semáforos, paneles de información o incluso con los teléfonos móviles de los peatones.
Para hacerlo posible, se necesita una infraestructura tecnológica compuesta por:
- Unidades de carretera (RSU, Road Side Units): pequeños dispositivos instalados en pórticos, señales o farolas que envían y reciben información del tráfico.
- Unidades a bordo del vehículo (OBU, On Board Units): sistemas que permiten a los coches recibir y procesar esas señales.
- Red 5G y servidores de baja latencia: aseguran que la información se transmita y procese prácticamente en tiempo real.
En la práctica, esto significa que, si un coche frena de golpe o si un sensor detecta alta contaminación, la señal llega al resto de vehículos en apenas milisegundos. O que la carretera pueda recomendar una velocidad óptima para que el tráfico sea más fluido y menos contaminante.
“Gracias a V2X, las carreteras dejan de ser un espacio pasivo para convertirse en infraestructuras inteligentes, capaces de anticipar problemas y mejorar tanto la seguridad como la sostenibilidad”, afirma Javier Santaella, Project Manager de innovación en Cellnex .
Un laboratorio en la C-32
La autopista C-32, entre Calafell y Gavà, se ha transformado en un espacio pionero donde se prueba este nuevo modelo de movilidad. Aquí, la tecnología permite que los conductores reciban en su móvil o en los paneles de la carretera recomendaciones personalizadas de velocidad. Seguirlas no solo hace que el tráfico sea más fluido: también puede reducir las emisiones de los coches hasta en un 30%.
Además, se ha implementado un peaje dinámico, que ajusta el precio en función de dos factores:
- La intensidad del tráfico.
- Las emisiones reales del vehículo, medidas en tiempo real por sensores instalados en la vía.
En otras palabras, los conductores responsables –los que generan menos contaminación y ayudan a mantener el tráfico fluido– pagan menos.
Los primeros datos de este laboratorio apuntan a beneficios muy concretos:
- Identificación de grandes contaminadores: apenas un 2% de los vehículos generan emisiones extremadamente altas. Localizarlos y actuar sobre ellos puede mejorar de forma notable la calidad del aire.
- Tráfico más fluido: al armonizar la velocidad media, se reducen los atascos y el consumo de combustible.
- Mayor seguridad vial: la carretera puede enviar alertas inmediatas a los conductores si detecta un riesgo.
Una visión de futuro
Imagina entrar en una ciudad donde tu coche se adapta automáticamente al entorno, el peaje se ajusta a tu comportamiento y la carretera te guía para evitar riesgos.
Lo que hoy se prueba en Barcelona puede extenderse mañana a cualquier ciudad europea. De hecho, la Comisión Europea ya ha establecido que todos los países deberán medir las emisiones reales de los vehículos en carretera para identificar a los grandes contaminadores. Este es el espíritu de CRETA, un proyecto europeo que busca convertir nuestras carreteras en aliadas del medio ambiente y de la seguridad vial.
Según Javier Santaella, Project Manager de innovación en Cellnex : “CRETA no es solo un proyecto de innovación: es una hoja de ruta hacia el futuro de la movilidad. Carreteras más limpias, más seguras y más justas para todos”.
¿Qué es el proyecto CRETA?
CRETA (Control de la Movilidad y Reducción de las Emisiones del Tráfico) es una iniciativa española de innovación financiada con 2,7 millones de euros, subvencionada por la Unión Europea a través de los fondos NextGenerationEU (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, programa UNICO-5G Sectorial).
El proyecto incluye tres pilotos en España:
- Barcelona: movilidad interurbana con tarificación variable en función de las emisiones reales de cada vehículo.
- Madrid: control de accesos en Zonas de Bajas Emisiones y monitorización avanzada del tráfico.
- Irún/Gipuzkoa: gestión transfronteriza de tráfico pesado, identificación de vehículos contaminantes y control de manipulaciones ilegales.
En todos ellos, CRETA combina 5G, medición remota de emisiones y algoritmos de inteligencia artificial para avanzar hacia una movilidad más eficiente y justa.
El consorcio está formado por ocho socios: Grupo MASMOVIL, Cellnex (a través de su filial Tradia), Abertis Mobility Services, Autopistas, INDRA, OPUS RSE, Alpha Syltec Ingeniería y Vinces Consulting. Cada uno aporta un componente clave: desde la conectividad y el despliegue de C-V2X, hasta la medición de emisiones, la tarificación inteligente, la inteligencia artificial y la operación de infraestructuras.
Cellnex ha desempeñado un papel clave en el despliegue de la tecnología C-V2X dentro del proyecto. “El despliegue de C-V2X que hemos implementado desde Cellnex es esencial para el avance de la tecnología del vehículo conectado,» comenta Santaella. Y añade “CRETA no solo transforma carreteras: transforma la forma en que nos movemos, vivimos y cuidamos el planeta”.